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La iniciativa busca fortalecer la valoración de los procesos y resultados de la investigación que se realiza en la casa de estudios.

Con el objetivo de promover la creación, investigación e innovación que desarrolla la comunidad académica, la Universidad de La Serena presentó su Política de Propiedad Intelectual e Industrial.

La actividad contó con la participación de la Directora Nacional del Instituto Nacional de Propiedad Industrial -INAPI, Loreto Bresky, quien destacó el importante hito que concretó la casa de estudios.

“Felicito el avance que está realizando la universidad y espero que impacte en la comunidad académica, en los estudiantes y a todos quienes forman parte de la investigación, para que tengan un marco regulatorio que les permita avanzar en una investigación aplicada que haga frente a problemáticas existentes en la región”, manifestó la autoridad.

Con esta iniciativa se busca que la comunidad de la Universidad de La Serena esté al tanto de los derechos y deberes que tiene en la producción de conocimiento, como la importancia que significa la relación de la institución con la sociedad civil, el Estado y el sector productivo.

“La Política de Propiedad Intelectual es el inicio del camino, que debe alentar el principio de que las ideas y el trabajo creativo producido en la universidad deben ser utilizados por y desde el interés público, no sólo para el resguardo de los bienes universitarios, sino que como mecanismo eficiente de transferencia tecnológica y del conocimiento hacia la sociedad”, agregó la Directora Nacional de INAPI.

Al respecto, el Rector de la Universidad de La Serena, Nibaldo Avilés, indicó que “la Política de Propiedad Intelectual e Industrial de la Universidad de La Serena, reconoce el esfuerzo del intelecto humano, impulsado a través de la voluntad conjunta de la comunidad universitaria y permite dar soporte a las gestiones correspondientes en el desarrollo de las políticas sectoriales”.

En el contexto de la filosofía corporativa de la universidad, se espera que los activos intelectuales sean un soporte importante para el desarrollo y el bienestar, al mismo tiempo que se genera la sostenibilidad necesaria para que las artes, la ciencia y la tecnología posean los recursos necesarios para constituirse como un pilar de contribución esencial para el territorio.